Estos días se ha respirado un olor especial en las calles. Un olor a democracia. Soy de los que piensan que las democracias al modelo español son pobres. No hay un auténtico “poder del pueblo” cuando prácticamente nuestro único medio de ejercer ese poder es cada cuatro años metiendo un papel en una caja.
Pero estos días por la calle comentarios que te hacen, cuando menos sonreir. Porque dijo cé cé ó ó en vez de CCOO
en alusión a la “rectificación” de Urdaci a consecuencia de la sentencia por manipulación informativa a la huelga general. Ó aseguraban siempre que era ETA y resultó que al final no era, vaya manera de engañar
. En este país de idiotas (idiota era en la antigua grecia el término que se empleaba para denominar a quien no tenía idea de política ni se preocupaba de los asuntos sociales
) estamos acostumbrados a que “cada uno vaya a lo suyo”, cuando la política es también lo suyo de cada uno, ya que es sobre nosotros sobre quien influye al fin y al cabo. Ya sea por una falsa comodidad, por un infundido desinterés, la gran masa no suele interesarse, desafortunadamente, por la política.
A lo mejor hablan de esto porque durante estos días son temas que salen mucho en Crónicas Marcianas. Puede ser tan triste como esa la causa. Pero esperemos que, aunque lo dude seriamente, esto cale en la sociedad y no sea algo meramente pasajero. Que recuperemos nuestra memoria humana y pasemos de la memoria de pez que nos viene acompañando.